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Cualquiera que en algún momento se haya interesado por viajar a Japón seguro que, aunque no sea consciente de ello, ha visto imágenes de Miyajima. La gigantesca puerta torii flotante del santuario sintoísta de Itsukushima (Itsukushima-jinja, 厳島神社), situado en la isla, llama tanto la atención del visitante que se ha convertido en una de las fotografías icónicas de Japón.

La imagen de este imponente arco de color rojo clavado en mitad del mar es tan sumamente atractiva que ningún viajero se puede resistir a conocer de primera mano el santuario de Itsukushima, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y el bello entorno que lo rodea.

Nosotros debemos reconocer que también caímos bajo el hechizo de Miyajima y la atractiva calma que transmiten sus templos, santuarios y callejuelas que conservan un estilo tradicional totalmente opuesto al del Japón más vanguardista que habíamos conocido los días anteriores en Tokio.

¿Quieres visitar Miyajima con nosotros? Seguro que te gusta este paseo por sus tranquilas calles. 🙂

El santuario de Itsukushima y su torii flotante
El santuario de Itsukushima y su torii flotante

Cómo llegar a Miyajima

Si tienes el Japan Rail Pass:

Si has comprado el abono de transporte de la compañía japonesa de ferrocarril Japan Railways Group (JR), podrás usar de manera gratuita el tren que sale de la estación de Hiroshima hasta el puerto de Miyajimaguchi (cuesta 410 yenes sin el pase). En unos 25 minutos viajarás desde el centro de la ciudad hasta el muelle donde, también de forma gratuita, podrás tomar el ferry de la compañía JR que en otros 10 minutos lleva hasta Miyajima (180 yenes sin el pase).

 

Si no tienes el Japan Rail Pass:

a) Haz el recorrido anterior pagando los 590 yenes que cuestan el tren y el ferry de JR.

b) Usa la línea 2 del tranvía de Hiroshima por 270 yenes y en unos 70 minutos te dejará en Miyajimaguchi. Una vez allí paga los 180 yenes que cuestan el ferry de la compañía JR o el de la compañía Miyajima Matsudai Kisen.

c) Toma alguno de los ferrys que salen hacia Miyajima directamente desde el Parque de la Paz en Hiroshima (ida y vuelta por 3.600 yenes, duración 55 minutos) o desde el puerto de Hiroshima (1.850 yenes por trayecto, duración 25 minutos).

Ferry de Miyajima
Ferry de Miyajima

Nuestra visita a Miyajima

Después de madrugar para tomar un tranvía desde nuestro hotel y un tren en la estación de Hiroshima, embarcamos en el ferry que nos llevaría hasta la admirada isla de Miyajima. En el breve trayecto en barco desde el puerto de Miyajimaguchi, y a pesar de estar rodeados por otros visitantes, el ambiente adquirió cierto matiz místico proporcionado por la creciente silueta del monte Misen y la majestuosa imagen del torii flotante de Itsukushima.

Una vez bajamos del ferry y pisamos la isla, un agradable olor a salitre nos dio la bienvenida acompañado por unos traviesos ciervos que vagan libres por toda la zona. Estos simpáticos y hambrientos animalillos escrutaban nuestras pertenencias con la mirada y el olfato para localizar algo que llevarse a la boca. Afortunadamente habíamos hecho caso de las recomendaciones que habíamos leído en los carteles informativos del puerto y teníamos guardado a buen recaudo todo lo que fuera susceptible de ser engullido por estos voraces mensajeros de los dioses disfrazados de adorables cervatillos.

Un ciervo de Miyajima se dispone a hacer la compra
Un ciervo de Miyajima se dispone a hacer la compra

Durante un rato seguimos fotografiando por el paseo marítimo a uno de los ciervos más juguetones y, como si de un guía se tratase, cuando nos quisimos dar cuenta, éste nos había dirigido a escasos metros del torii flotante de Miyajima. La marea estaba alta y fue fácil imaginarse cómo antiguamente los visitantes tenían que acceder al santuario en barca, para introducirse en el recinto sagrado a través de la puerta que indica la entrada al mismo.

Torii flotante de Miyajima
Torii flotante de Miyajima

Nos distrajimos tanto capturando imágenes del torii que apenas nos percatamos de que a nuestras espaldas nos estaba observando el santuario sintoísta de Itsukushima. Éste es uno de los templos más curiosos que hemos visitado durante nuestro viaje a Japón debido a la estructura en forma de embarcadero. Caminar por sus pasillos aporta mucha tranquilidad que es rota únicamente por el sonido de las cámaras que fotografían las grandes linternas de bronce que iluminan por las noches el templo y dan forma a una bella postal con el grandioso torii bermellón de fondo.

Santuario sintoísta de Itsukushima
Santuario sintoísta de Itsukushima

Al salir del santuario, la inercia nos hizo llegar a la orilla del mar donde la marea estaba comenzando a bajar dejando al descubierto el fondo arenoso y una variedad de fauna marina que aprovechaba para explorar la superficie. Algunos visitantes avanzaban hacia el torii flotante al ritmo que la retirada de las aguas se lo permitía pero nosotros no fuimos tan ansiosos y continuamos nuestra visita para volver más tarde a los pies del torii.

Torii flotante de Miyajima
Torii flotante de Miyajima

Como habíamos desayunado bastante temprano, nos entró algo de hambre y quisimos comer algunos frutos secos que llevábamos con nosotros. Comprobamos que no había ningún ciervo en varios metros a la redonda y abrimos el paquete de comida. No habían pasado ni 30 segundos cuando vimos cómo un ciervo venía en nuestra dirección prácticamente babeando por el olor del maíz y los cacahuetes. Nos pusimos a disimular pero el ciervo, que no era tonto en absoluto, sabía perfectamente que estábamos comiendo algo y, cual Gato con botas en Shrek nos puso ojillos de pena para que le diéramos comida. La técnica le funcionó y le lanzamos algo pero a cambio nos hicimos unas simpáticas fotos con él. 🙂

 

Ciervo de Miyajima
Ciervo de Miyajima

Tras este pequeño incidente, continuamos caminando sin rumbo fijo por las callejuelas de estilo tradicional que discurren entre otros templos y santuarios menores de la isla como el santuario Kiyomori o el templo Daiganji. Este agradable paseo nos dirigió hasta el Itsukushima Jinja Homotsukan, la cámara del tesoro de Itsukushima y, aunque nosotros no lo visitamos, sí que conseguimos en una tienda cercana nuestra joya particular, un bonito imán que nos trajimos de recuerdo. 😛

Después de esta preciada adquisición, ascendimos hasta el templo Daisho-in. En este importante templo budista fundado en el siglo IX nos sorprendieron una gran cantidad de pequeñas estatuas de figuras infantiles que gracias a los colores de unos curiosos gorritos de lana parecían aficionados a algún equipo de fútbol. Según parece, estas figuras se llaman jizos y sirven para proteger el alma de los niños fallecidos.

Templo Daisho-in
Templo Daisho-in

El camino continuaba ascendiendo por el monte Misen donde un teleférico sube hasta cerca de la cumbre. Allí hay un camino que pasa entre varios templos y capillas antes de llegar al mirador que está situado en la cima. Nosotros no teníamos ganas de pegarnos esa caminata así que lo dejamos para una futura ocasión y comenzamos a tomar el camino de vuelta hacia el puerto, haciendo una breve parada en la pagoda de cinco plantas, Goju-no-to. Esta edificación de madera combina perfectamente el estilo arquitectónico chino y japonés.

 

Pagoda de cinco plantas, Goju-no-to
Pagoda de cinco plantas, Goju-no-to

Eran más de las seis de la tarde cuando llegamos a la calle principal del pueblo, Omotesando dori. Muchos de los bares y tiendas estaban cerrando pero aún tuvimos tiempo de hacer alguna foto a la pala de arroz más grande del mundo, que está allí expuesta, y de comprar algunos Momiji manjū. Estos deliciosos dulces rellenos nos llamaron mucho más la atención que las ostras que vendían en algunos barecitos en cuyas puertas los japoneses guardaban largas colas mientras las cocinaban.

Omotesando dori
Omotesando dori

Finalmente, llegamos al puerto para montarnos en el ferry de vuelta y completar un fantástico día en una isla que nos ha enamorado y a la que seguro volveremos. Mientras tanto, puedes ver este vídeo que resume nuestra experiencia en Miyajima.

 

Mapa de Miyajima

En el siguiente mapa localizamos los puntos más destacados de la visita a Miyajima:

Y por si quieres llevarlo contigo en tu viaje a Japón, incluimos un mapa de Miyajima descargable en PDF.

 

Algunas curiosidades

 

  • El nombre real de la isla es Itsukushima. El de Miyajima, que significa Isla-Santuario, es el nombre oficioso por el que la conoce la gran mayoría de la gente.
  • Miyajima está considerada como sagrada y es por esto que antaño estaba absolutamente prohibido nacer y fallecer en ella. De esta manera, las mujeres no tenían permitido pisar la isla y las personas mayores eran trasladadas fuera de allí.
  • El pastelillo típico de Miyajima es el Momiji manjū, una galletita blanda con forma de hoja de arce y rellena de pasta dulce de judías rojas. La práctica de cocinar estos pasteles viene de hace unos 100 años cuando la regente de un ryokan, el alojamiento tradicional japonés, encargó a un pastelero que preparara un dulce dedicado a Miyajima.

 

Jizos de Daisho-in
Jizos de Daisho-in

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  • Al salir hacia la isla desde el puerto de Miyajimaguchi o al llegar a Miyajima, fíjate bien en los paneles que informan del horario del ferry. No querrás perder el último barco que vuelve por la noche desde la isla y tener que quedarte a dormir entre una manada de ciervos hambrientos. 😉 También puedes consultar el horario en la página web del ferry.
  • Los ciervos de la isla de Miyajima son bastante más tranquilos que sus hermanos de Nara y, al igual que ellos están acostumbrados a la presencia de humanos cerca. No obstante, siguen siendo animales, así que intenta seguir estos consejos: No te confíes e intenta guardar las distancias; no les enseñes comida o te seguirán durante largo rato; y guarda bien tu Japan Rail Pass porque los ciervos tienen especial predilección por cualquier trozo de papel. Aunque guardes el pase, un mapa o un pañuelo de papel en el bolsillo, los ciervos lo olerán e intentarán robártelo.
  • Lo ideal es conocer el santuario de Itsukushima y su torii tanto con la marea alta como con la marea baja. De esta forma tendrás la clásica fotografía del arco rojo totalmente rodeado de agua y, además, podrás acercarte a la base del torii cuando el agua se retire. Para ajustar tu visita al movimiento de la marea, puedes consultar la hora a la que ésta sube y baja en esta página web.
  • Miyajima tiene un aura especial y algunos visitantes te dirán que esto se realza cuando pasas una noche en la isla. Sin embargo, a partir de las seis de la tarde prácticamente todos los comercios y restaurantes de la isla cierran, quitándole algo de atractivo al hecho de dormir allí. Por no decir que el alojamiento en Miyajima es limitado y esto hace que su precio se encarezca una media de tres y cuatro veces más de lo que cuesta dormir en la vecina Hiroshima. Si sigues queriendo dormir en Miyajima, busca alojamiento con la máxima antelación posible.
  • Si no encuentras alojamiento o no puedes hacer ese desembolso, haz como nosotros y duerme en Hiroshima. Viajando a Miyajima en ferry tendrás tiempo más que suficiente para visitar toda la isla con tranquilidad y siempre podrás ajustar el horario para volver en alguno de los últimos barcos que salen desde la isla para ver el santuario de Itsukushima y su torii iluminados en la oscuridad.

Galería de imágenes

Si quieres ver más fotos de Miyajima, te invitamos a visitar la nuestra galería en Flickr con más de 90 imágenes de nuestra visita.

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